Un estudio afirma que los niños propagaron muy poco el Covid-19 entre los meses de marzo y mayo

¿Son los niños los grandes transmisores del Covid-19 o se pecó de prudencia en marzo pasado con el cierre de todas las escuelas del país? El rol de los menores de edad en la propagación de la enfermedad es una de las grandes incógnitas de la pandemia a poco más de dos semanas para el regreso a las aulas, pero el debate lleva meses servido. Uno de los estudios que debían contribuir a entender su papel es el presentado este lunes por el Hospital de la Vall d’Hebron, que se ha hecho a partir del seguimiento de 89 brotes familiares detectados entre los meses de marzo y mayo, poco antes y durante el confinamiento domiciliario. 

El estudio, que ha analizado los datos de todos los convivientes, concluye que sólo en tres casos ha quedado «claramente» demostrado que el contagio de los menores de 18 años inició el foco intrafamiliar. De estos casos, sin embargo, dos tenían 17 años y, según apuntan los expertos, a partir de los 15 la infección parece más a la de una persona adulta que a la manifestada por un niño. El tercer tenía cinco años. Aunque se trate de casos con diagnóstico de Covid-19 durante el confinamiento, la primera ola de casos evaluados es de mitades de marzo y, por tanto, se habían infectado justo antes del confinamiento.

En cambio, el estudio subraya que en 50 de los brotes estudiados fue un adulto lo que desencadenó la propagación y que fue posteriormente que se detectó el contagio entre los miembros más pequeños de la casa. El jefe de patología infecciosa e inmunodeficiencias pediátricas, Pere Soler, ha afirmado este lunes en rueda de prensa, acompañado de la consejera de Salud, Alba Vergés, que el rol de los menores en la transmisión del Covid-19 en el entorno familiar ha sido «bajo» en comparación con el de la población adulta. «Los resultados nos confirman que los niños han padecido la enfermedad con cuadros inespecíficos y poco graves y que son menos transmisores del virus que los adultos en el entorno familiar, un ámbito de mucha proximidad y donde es difícil mantener las medidas de seguridad», apunta Soler.

Ahora bien, todavía existe un 40% de los casos en que no se ha podido aclarar el factor cronológico de contagio por motivos diversos -como que no se ha podido contactar con la familia o se han negado a participar en el estudio – y la retrospectiva no ha permitido clasificar un espesor elevado de los casos (36). No se puede descartar ni confirmar, pues, que en algunos de estos brotes del niño fuera el transmisor.

Soler ha admitido que el análisis retrospectivo «tiene limitaciones», como conocer en detalle si el patrón de transmisión observado también se aplica en los casos de menores asintomáticos, pero que la información que se ha podido constatar es importante de cara al curso escolar. «Nosotros basamos nuestras decisiones de salud pública en ciencia y evidencia, y este estudio que presentamos nos da información muy valiosa para tomar decisiones», aseguró el secretario de Salud Pública, José Maria Argimon.

La mayoría son casos leves

El hospital ha elaborado el estudio  a partir del registro de la Agencia de Calidad y Evaluación Sanitarias (Aqua) , que recoge todos los casos diagnosticados entre el 1 de marzo y el 31 de mayo de manera anónima y que, por interés de Salud Pública, se han proporcionado desanonimitzats a Valle Hebrón. El desbloqueo debía permitir estudiar un total de 150 familias (163 casos) en el que los miembros menores de edad habían sufrido la infección por intentar establecer un patrón vírico, pero sólo  se ha podido hacer una evaluación completa sobre la transmisión con el seguimiento los contactos en 89 familias. 

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