El teletrabajo sólo podrá ser voluntario y requerirá la existencia de un acuerdo entre el trabajador y la empresa

La futura ley del teletrabajo avanza. La pandemia y la declaración del estado de alarma hicieron que el modelo de trabajo a distancia cogiera por sorpresa empresarios y trabajadores. «Hay que regular», insistía la semana pasada la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, y añadía que «lo que ha pasado durante la pandemia, trabajando con el portátil y atendiendo a los hijos, no se puede repetir». Pues bien, los flecos pendientes de la futura norma se van cerrando y los últimos pasos se hicieron ayer. La patronal, los sindicatos mayoritarios y el gobierno central se reunieron para perfilar un anteproyecto que ya está bastante avanzado para que se apruebe este mismo mes a través de un decreto. El anteproyecto ya permite conocer cuáles serán los derechos y obligaciones en un contexto laboral con la «distancia» como protagonista.

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Jornada laboral

«En un período de tres meses, un mínimo del 20% de la jornada»

La definición de que se considerará teletrabajo ha sido uno de los caballos de batalla de las negociaciones, sobre todo porque la patronal pedía aumentar el porcentaje de jornada laboral teletreballada -inicialmente se quería fijar a partir de un 20% – para evitar que simplemente quedándose en casa los viernes el trabajador ya se pudiera acoger a los beneficios de esta modalidad de trabajo. Tras el encuentro de ayer, el gobierno español confirmó que ahora aumentará hasta el 30% la jornada laboral que se debe hacer a distancia para que se considere teletrabajo, lo que equivaldría a un día y medio a la semana. Desde Comisiones Obreras están abiertos a aceptar la propuesta. Por ahora, el anteproyecto que hay encima de la mesa recoge que la norma será de aplicación a las relaciones laborales que se desarrollen a distancia de «manera regular». Para considerar que existe esta regularidad, se mirará si en el periodo de tres meses el 30% del tiempo se ha trabajado desde casa. El anteproyecto matiza que la propuesta se podrá adoptar en función del «porcentaje proporcional equivalente en función de la duración del contrato».

Voluntariedad

La modalidad laboral requerirá la firma de las dos partes

El teletrabajo será «voluntario» y requerirá un acuerdo entre el trabajador y la empresa. El documento que deberán firmar ambas partes deberá recoger el horario y la disponibilidad, así como el tiempo en que se alargará el acuerdo. En cuanto al horario, el documento también recoge que el trabajador tendrá derecho a un «horario flexible». Además, el anteproyecto recoge que la decisión de trabajar a distancia será «revisable por la empresa y la persona trabajadora».

Derecho a la intimidad

Se podrá controlar el trabajador preservando su «dignidad»

El borrador con el que trabajan el gobierno y los agentes sociales reconoce que las empresas tienen el «derecho a controlar la jornada» ya adoptar «medidas de vigilancia y control para verificar el cumplimiento de las obligaciones» del trabajador. Sin embargo, el anteproyecto también matiza que, a la hora de aplicarse, las medidas deberán tener en cuenta «la consideración debida a la dignidad» del trabajador. Además, a pesar de que haya un control horario, se emplaza a las empresas a «respetar la duración máxima de la jornada» laboral de los trabajadores.

Materiales y recibos

La empresa deberá asumir los costes generados en el domicilio

El documento incluye que las personas que trabajen a distancia tengan derecho al suministro y mantenimiento de los equipos adecuados para desarrollar su trabajo, así como una enumeración del material que necesitan para trabajar. De este modo, el anteproyecto obliga a las empresas a «asumir los costes en su totalidad». El texto añade que el trabajo «en ningún caso podrá significar un coste para la persona trabajadora de los gastos, directos e indirectos, relacionadas con los equipos, las herramientas y los medios vinculados al desarrollo de su actividad laboral». De este modo, a través del convenio sectorial o entre la dirección y la representación de los trabajadores de la compañía deberá establecer el mecanismo que determine estos gastos.

Progreso profesional

Se deberá garantizar el sueldo, la formación y el derecho a la promoción

Las personas que teletrabajo no podrán sufrir ningún «perjuicio en ninguna de las condiciones laborales» en comparación con el resto de colegas que trabajen permanentemente en la oficina. En este sentido, el documento menciona los siguientes elementos: «retribución, estabilidad laboral, tiempo de trabajo, formación y promoción profesional».

desconexión digital

También se les aplicará el derecho a no tener que estar conectado

El anteproyecto establece que a las personas que teletrabajo les respete el derecho a la desconexión digital, es decir, no tener que estar conectadas a través del móvil, del correo electrónico o de cualquier otro sistema una vez haya terminado la su jornada laboral.

El papel del sector público

Este supone a estas alturas el gran obstáculo para el acuerdo

El acuerdo entre el gobierno y los agentes sociales está muy avanzado, pero, en palabras del secretario general de UGT, Pepe Álvarez, el «escollo principal» sigue siendo la inclusión de los trabajadores de las administraciones públicas a la nueva normativa. Por ahora, el anteproyecto no los tiene en cuenta, ya que se rigen por una normativa específica. Desde UGT lo tachan de «discriminación» y avisan al Gobierno que «no pueden quedar fuera del acuerdo».

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