¿Qué es y cómo funciona el BID?

Con la idea de contribuir al desarrollo económico y social de la región latinoamericana y caribeña nació, en 1959, el Banco Interamericano de Desarrollo, BID. Una entidad financiera que durante más de 60 años ha sido modelo de organismo multilateral para fomentar y mejorar la cooperación con los países que lo conforman.

La forma en la que el Banco Interamericano de Desarrollo contribuye al progreso de los países es a través del financiamiento de proyectos factibles en diferentes áreas, como las científicas, tecnológicas, educativas, ambientales, entre otras, al tiempo que promueve la integración y el intercambio económico y comercial de la región.

El BID forma parte de un grupo en el que también están el Fondo Multilateral de Inversiones y la Corporación Interamericana de Inversiones, de donde salen las soluciones financieras para sus países miembros.

¿Cómo funciona el BID?

Las soluciones financieras que ofrece el BID las hace a través de donaciones, préstamos, inversiones y garantías, cuyas fuentes económicas son las suscripciones y contribuciones de los países miembros, los préstamos que otorgan los mercados financieros, el  cofinanciamiento entre naciones y del capital acumulado del Banco, el cual alcanza en la actualidad los 105 mil millones de dólares.

La relación del BID con los diferentes países ha sido a través de los gobiernos con quienes ha establecido alianzas, y se conforman a la vez como sus clientes para alcanzar una serie de resultados como: eliminar o disminuir los índices de pobreza, la  desigualdad social y económica, y fomentar el desarrollo económico sostenible.

El diseño de proyectos, la asistencia técnica y financiera y el apoyo en las acciones que procuran el desarrollo de las naciones es parte del apoyo que presta el BID a los 48 países miembros, los cuales están clasificados en dos tipos: los países prestatarios y los no prestatarios.

Cada país paga una cuota de membresía, la cual le da ponderación al voto que le corresponde en la asamblea de accionistas o de gobernadores, instancia que representa la máxima autoridad del BID.

¿Qué es y cómo funciona el BID?

Miembros prestatarios y no prestatarios

Los países miembros prestatarios del BID son 26, a los que les corresponde 50.02% del peso del voto en el directorio; están divididos en dos grupos según el porcentaje de financiamiento máximo que pueden recibir.

En el grupo 1 están Argentina, Barbados, Bahamas, Brasil, México, Chile, Trinidad y Tobago, Uruguay y Venezuela; en el grupo 2 están Bolivia, Belice, Colombia, Ecuador, Costa Rica, El Salvador, Guyana, Guatemala, Haití, Guyana, Honduras, Jamaica, Panamá, Nicaragua, Paraguay, Surinam, República Dominicana y Perú.

Los países miembros no prestatarios son 22, los cuales no reciben ningún tipo de financiamiento, aunque aprovechan las ventajas de las reglas de adquisiciones del BID, ya que solamente estos países pueden proveer bienes y servicios a los proyectos financiados por el banco en los diferentes países. Estas naciones son: Austria, Alemania, Bélgica, Croacia, Canadá,  Eslovenia, Dinamarca, España, Finlandia, Estados Unidos, Francia, Italia, Israel, Japón, Países Bajos, Noruega, Portugal, República de Corea, Reino Unido, China, Suiza y Suecia.

Áreas prioritarias de financiamiento

El BID se enfoca en una serie de áreas de acción que son consideradas prioritarias para dar ayuda a los países de la región, de manera de contribuir a aumentar el progreso social y económico. Estas áreas son:

  • La pobreza y desigualdad social.
  • Encarar las principales necesidades de las naciones más pequeñas y frágiles desde el punto de vista económico.
  • Fomentar el crecimiento y desarrollo de los países de la mano del sector privado.
  • Promover la cooperación e integración regional.
  • Ocuparse del cambio climático, sus consecuencias, así como de la energía alternativa y de la sostenibilidad del ambiente.
  • Cooperar con los países para garantizar la seguridad alimentaria.
  • Promover la integración regional competitiva mediante mecanismos justos.
  • Ayudar a los países a diseñar políticas sociales (educación, investigación científica, programas tecnológicos, divulgación) que promuevan la igualdad y el bienestar de los ciudadanos.

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