La economía de Argentina se asemeja a una montaña rusa, pues cada tanto tiene reveses que sumen al país en una precariedad marcada por el aumento de la pobreza, y otro tanto surge decidida a enfrentar la crisis y a evitar volver a caer, pero el resultado es el mismo: un nuevo derrumbe económico.
Las decisiones que toman los gobiernos parecen una copia al carbón, solo que las negociaciones internacionales y los acuerdos locales cambian de protagonistas, pero el problema económico de Argentina sigue zigzagueando y unas veces las consecuencias son más profundas que otras, dependiendo de las medidas que se tomen.
Los efectos de medidas, negociaciones y decisiones que en materia económica han tenido los gobiernos de ese país, siguen perturbando la economía y agravando el problema económico de Argentina, pues detrás de todas estas (medidas) persisten una serie de vicios que no han podido corregirse por tener graves costos políticos.
Esos, más que vicios, son taras que se mantienen no solo en la Argentina, sino en muchos países cuyos gobiernos sustentan su agenda económica en la popularidad, el apoyo de las mayorías y en el manejo de las masas, como son el populismo, la corrupción, la manipulación de información y otra serie de factores que aumentan la pesada herencia, tal como se refieren los gobiernos argentinos a las deudas que van dejando las administraciones anteriores.
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¿Cuándo surgió el problema económico de Argentina?
Quizá el recuento pase por considerar el primer endeudamiento de la historia de ese país, ocurrido en 1824 cuando el ministro de gobierno de Buenos Aires, Bernardino Rivadavia, pidió el primer préstamo en moneda extranjera por un millón de libras esterlinas al Baring Brothers de Inglaterra.
Sin embargo, los peores problemas económicos de Argentina desde finales de los 90, y que en el año 2002 la obligaron a declararse en default, el mayor de la historia hasta ese momento, se originaron luego de la Segunda Guerra Mundial.
Los economistas señalan con precisión dos elementos que han resultado ser nefastos, que son la presencia de los militares en el poder y la conformación de los fondos y otros organismos multilaterales de crédito.
A pesar de que Juan Domingo Perón, quien gobernó en Argentina en dos períodos presidenciales (de 1946 a 1952 y de 1952 a 1955) había desechado la posibilidad de pertenecer al Banco Mundial y al Fondo Monetario Internacional, los militares que lo derrocaron del poder en la década del 50, avalaron el ingreso de Argentina en los dos organismos.
De manera que durante el tiempo en que los militares se mantuvieron en el poder se agravó el problema económico de Argentina: la deuda aumentó de 57 millones de dólares a más de 1.000 millones, panorama que empeoró en los años 60 y 70 cuando nuevamente los militares retomaron el poder.
En estos años, el Fondo Monetario Internacional, además de prestarle dinero a Argentina durante esas administraciones, comenzó a involucrarse en las decisiones económicas de ese país. Por lo que en apenas veinte años, Argentina pasó a deber el equivalente a 40 veces el monto de la deuda.
La actualidad económica argentina
En el gobierno de Mauricio Macri (2015-2019) obtuvo un préstamo del FMI para recuperar la economía que había quedado golpeada una vez más por las medidas del periodo kirchnerista, entre las que están el control cambiario, conocido como “cepo”, la estatización de empresas privadas, aumento de los impuestos y nuevos endeudamientos, pero esta vez con Venezuela.
El préstamo que negoció Macri tiene una cifra única otorgada a país alguno, pues llegó a los 57.000 millones de dólares.
El panorama a la fecha es:
- Actualmente la deuda externa argentina supera los 250 mil millones de dólares.
- La inflación anual derivada del problema económico de Argentina supera 50%.
- En 2019 la inflación alcanzó 53,8%, la más alta en los últimos 28 años.
- Tiene una profunda depreciación monetaria.
- La pobreza ha aumentado a cerca de 40%.
