Toxicología emite recomendaciones para protegerse de la exposición a las emisiones volcánicas

El Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses (INTCF), a través de su Servicio de Información Toxicológica (SIT), emite una serie de recomendaciones y medidas de protección ante la exposición a las cenizas y gases tóxicos emanados como consecuencia de la erupción del volcán Cumbre Vieja, en la isla canaria de La Palma.

Así, el SIT, en su calidad de Centro Antitóxico Nacional que actúa como organismo que contribuye a la prevención de las intoxicaciones, informa que es propio de las erupciones volcánicas activas la emisión de partículas de ceniza y diversos gases tóxicos a la atmósfera, así como metales. Entre los elementos tóxicos emitidos se encuentran, principalmente, el dióxido de azufre, dióxido de carbono, ácido clorhídrico, mercurio, bromo o arsénico, entre otros.

En el caso del dióxido de azufre (SO2), se trata de un gas incoloro, fuertemente irritante y con un olor característico. En concentraciones por encima de 10 ppm (partes por millón), puede generar ciertos efectos tóxicos provocando irritación de la mucosa ocular, nasal, faríngea y laríngea, así como tos, espasmo y broncoconstricción del tracto respiratorio. Si se alcanzan exposiciones agudas de 150 ppm, ya se consideran amenazantes para la vida. En contacto con el agua, el SO2 se convierte preferentemente en ácido sulfuroso (componente de la lluvia ácida) que también se desprende a la atmósfera. Por eso, la monitorización continua de la concentración atmosférica de SO2 es un elemento esencial para vigilar el cumplimiento de los límites para la protección a la salud humana.

Los datos de la estación AEMET de Izaña, El Pilar-Sta Cruz de La Palma y Copernicus reflejan niveles bajos de SO2 en las capas inferiores que indican que en la actualidad no hay riesgo para la salud, habiéndose detectado picos de mayor concentración a una altura de 2.500 metros o superior.

Ante esto, el SIT, con independencia de las recomendaciones de las autoridades locales, autonómicas o estatales, quiere facilitar a la ciudadanía una serie de medidas para la autoprotección durante la emanación volcánica, acorde a lo propuesto por el Center for Desease Control and Prevention (CDC) – Natural disasters.

Cómo protegerse de la inhalación y la exposición dérmica y ocular de emisiones volcánicas (cenizas y gases tóxicos)

  • Evitar la exposición a las cenizas:
  • Seguir las indicaciones de seguridad y distanciamiento establecidas por el dispositivo de las autoridades responsables.
  • Tener siempre en cuenta que la forma más efectiva de reducir la exposición es alejarse del foco de emisión volcánica.
  • En caso de tener que permanecer en interiores en ambientes de ceniza o de lluvia ácida, cerrar puertas y ventanas y apagar los aparatos de aire acondicionado, ventilación o de calefacción.

Protección respiratoria para personas expuestas (equipos de intervención en la catástrofe, afectados que deban de acceder al lugar para recoger pertenencias…):

  • Usar mascarilla protectora frente a estas partículas. La más efectiva y por lo tanto recomendable es la de tipo FFP2 o N-95. La mascarilla debe de estar bien ajustada a la cara.
  • Protección de la piel y los ojos en ambientes de ceniza
  • Utilizar prendas de vestir que cubran cabeza, brazos y piernas. Utilizar guantes para proteger la exposición de las manos.
  • Evitar utilizar lentes de contacto. Para proteger los ojos de la irritación, usar gafas correctoras o protectoras.

En caso de síntomas respiratorios, dérmicos u oculares, consultar con el teléfono de asistencia de 24 horas del Servicio de Información Toxicológica del INTCF: 915620420.

Fuente: Moncloa

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