Londres mantendrá una vinculación institucional con la UE

La Unión Europea (UE) y el Reino Unido tienen muy cerca el acuerdo de nuevas relaciones para la era post Brexit . En plena pandemia y con el primer ministro británico contra las cuerdas a raíz del caos generado por las nuevas cepas de la Covidien-19, Bruselas y Londres han puesto las pilas en los últimos días para poder pasar la Navidad con la tranquilidad relativa de evitar el precipicio del divorcio traumático de sus vínculos económicos.

En ningún caso, se produciría una rotura totalmente abrupto porque hace un año ya pactaron el acuerdo de retirada, que marca las condiciones de la separación. Ahora lo que había que hacer era decidir cómo se relacionarán como divorciados, especialmente desde el punto de vista comercial. El mercado británico tiene una alta dependencia de la UE, que también tiene fuertes lazos con Londres, pero no son tan vitales. Un 45% del comercio del Reino Unido es con el Viejo Continente, mientras que a la inversa sólo representa el 5,2%.

No es extraño que en estas últimas semanas la élite empresarial británica haya hecho un intenso lobby a Johnson para ponerse de acuerdo con Bruselas. Además, ayer se añadió la presión de los sanitarios, que ven inviable un Brexit sin acuerdo en pleno auge de los contagios. Todo ello, sumado al caos en el canal de la Mancha, con miles de camiones bloqueados por el cierre de las fronteras, no deja mucho margen a Johnson para negociar.

Así, ayer por la tarde empezaron a surgir rumores de un posible pacto tras diez meses de conversaciones extenuantes sobre el acuerdo de nuevas relaciones. Una vez resueltos estos últimos días dos de los tres capítulos más difíciles, la gobernanza y las normas de juego comerciales, quedaba el obstáculo de la pesca. Los equipos negociadores aún no se han puesto de acuerdo sobre qué tipo de acceso podrá tener la flota europea, principalmente los franceses, a las aguas británicas.

«Estamos en la fase final», afirman fuentes europeas esperanzadas por los últimos avances en las negociaciones. Ayer era el plazo que se habían marcado para cerrar al menos un pacto provisional que pueda entrar en vigor el 1 de enero. Será provisional para que el Parlamento Europeo se negó a convocar una sesión extraordinaria más allá de esta semana. Y ahora, en principio, ya no hay tiempo.

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