La mesa de diálogo entre el Gobierno y la Generalitat se reunirá cada mes en Madrid y Barcelona

La mesa de diálogo inaugurada este miércoles en la Moncloa se reunirá una vez al mes en citas alternativas en Madrid y Barcelona, en las sedes respectivas de Gobierno. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, abrió el miércoles conversaciones con los líderes independentistas catalanes para tratar de calmar una crisis por el impulso separatista que podría ser la clave para la supervivencia de su gobierno minoritario.

La prolongada crisis se desencadenó con la fallida oferta de independencia de Cataluña en 2017 que sumió a España en su peor crisis en décadas. Ahora, el gobierno minoritario de Pedro Sánchez confía en ERC para aprobar la legislación. La supervivencia del gobierno de Sánchez podría depender del destino de las conversaciones, que están destinadas a reducir las tensiones con los separatistas catalanes.

La reunión comenzó el miércoles en Madrid con Quim Torra, president de la Generalitat de Cataluña y miembros del partido ERC. Pero las conversaciones han tenido un comienzo difícil con ambos campos en desacuerdo en la agenda.

Los catalanes quieren una luz verde para celebrar un referéndum de independencia vinculante en la rica región del noreste. También quieren una amnistía para nueve de sus líderes que fueron encarcelados o exiliados después de la fallida oferta de independencia. El gobierno de España ha rechazado ambas solicitudes.

ERC exigió el diálogo a cambio de su continuo apoyo al gobierno de Sánchez y como condición previa para posiblemente respaldar sus presupuestos de 2020.

Obtener un presupuesto aprobado para 2020 podría garantizarle al Gobierno de coalición varios años de estabilidad, ya que le permitirá renovar su plan de gastos existente.

Pero si el presupuesto no es aprobado por el parlamento, tendrían que celebrarse nuevas elecciones, como sucedió en 2019 cuando ERC retiró su apoyo a Sánchez.

El gobierno de España quiere utilizar la reunión para analizar las causas de la crisis separatista en Cataluña, donde casi la mitad de la población apoya la independencia.

«La mejor agenda es sentarse y escucharse el uno al otro», dijo el martes la vicepresidenta primera Carmen Calvo.

El gobierno de Sánchez, compuesto por los socialistas y Unidas Podemos, está preparado para cambiar la definición de «sedición» en el código penal, lo que reduciría la pena para el separatista catalán encarcelado y exiliado.

Queda por ver si esto será suficiente para convencer al ERC de apoyar a Sánchez, incluso si las conversaciones no conducen a resultados concretos.

Las conversaciones se producen en un momento de mayor tensión entre los dos principales partidos separatistas de Cataluña antes de las elecciones autonómicas anticipadas a finales de este año.

El rival del ERC, JxC, está encabezado desde Bruselas por el ex presidente catalán Carles Puigdemont, quien nominó a Torra como su sucesor cuando huyó a Bélgica en 2017 después de que el parlamento catalán declarara su independencia.

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