Un matrimonio nunca es el camino de baldosas amarillas, mariposas y arcoíris que nos plantean en las películas románticas. Mantener el amor del primer día es una auténtica odisea por la que hay que trabajar con tesón y, tal y como reflejan los datos, un gran volumen de parejas no son capaces de conseguirlo. Si tu relación está pasando por un mal momento y se ha pasado el punto de no retorno, entonces no hay más remedio que proceder con el divorcio. Un trámite que no tiene por qué ser ni traumático ni caro, siempre y cuando se lleve a cabo como corresponde.
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La importancia de los abogados
Cuando una pareja decide separarse y comenzar los trámites del divorcio, es importante que sepa que no puede actuar por cuenta propia. Son muchos los aspectos de carácter legal que se deben resolver con la máxima diligencia posible. Por eso, es imposible plantear tanto un divorcio contencioso como una separación de mutuo acuerdo sin abogado.
Estas figuras del derecho de familia se ponen a la entera disposición de la pareja para poner en marcha toda la gestión correspondiente. Desde la ejecución del convenio regulador hasta la firma final de los papeles. Si bien es cierto que son imprescindibles en los divorcios contenciosos, los de mutuo acuerdo también requieren de un buen abogado.
Esta segunda forma de resolver el divorcio es la más apropiada, puesto que se puede concluir en un máximo de tres meses por un precio de lo más asequible. Ahora bien, es importante que ambas partes mantengan el respeto hacia la otra persona, siguiendo las recomendaciones del abogado que han contratado. De lo contrario, la separación amistosa será inviable.
Servicios de abogacía asequibles
Entre todos los impedimentos que hacen que una pareja siga casada, a pesar de que la fecha de caducidad de la relación hace tiempo que expiró, destaca el marco económico. Es más, aquello de “quiero separarme pero no tengo dinero” es una constante en la vida de muchas personas. Un error si tenemos en cuenta que hay despachos de abogados resultan realmente baratos.
Siempre y cuando se siga la vía del mutuo acuerdo, los trámites del divorcio pueden tener un coste de unos 150€ por cónyuge, IVA incluido. Este dinero es incomparable a los efectos positivos que nos puede dejar la separación en lo que respecta a nuestra integridad emocional. Porque, cuando la cuerda se estira demasiado y se rompe, todo esfuerzo por arreglarla genera un daño psicológico que carece de sentido.
Así pues, lo más adecuado es ponerse manos a la obra para buscar a todos aquellos profesionales que van a dar la cara por nosotros. Esos despachos que, conscientes de que la crisis económica está haciendo estragos en los bolsillos de la ciudadanía, no abusan de sus honorarios. Solo así logramos divorciarnos de una forma eficiente y, sobre todo, accesible.
No pagues de más por la pensión
Si durante los trámites del divorcio no se llegan a las condiciones adecuadas para ambas partes, uno de los implicados podría sufrir terribles consecuencias en su estabilidad financiera. Esto suele ser uno de los temas de discusión más comunes; sin embargo, si tienes ingresos limitados, no puedes pagar de más. Por ejemplo, la pensión alimenticia nómina 1000 euros se debería fijar en los 150€.
Lo mismo ocurre a la inversa, habiendo de percibir lo que nos merecemos por parte del excónyuge cada mes. De lo contrario, la educación y alimentación de los hijos puede ser una verdadera odisea. No dejes que, a pesar de dicha nómina limitada, esta pensión sea inferior a la cantidad anterior. El bienestar de los pequeños se pondría en juego.
Sea como sea, con la participación de un buen abogado en ejercicio todo se cerrará de la forma más conveniente para los implicados. Un cambio de vida radical para empezar desde cero y, esta vez sí, encontrar la felicidad que se había ido diluyendo poco a poco entre todos los conflictos maritales de la rutina.