La pérdida de biodiversidad amenaza a los pequeños agricultores y la lucha contra el hambre

El 80% de las necesidades de las personas pobres del mundo están vinculadas a los recursos biológicos, incluida su capacidad para llevar a cabo actividades agropecuarias y generar ingresos.

Si continúa la actual pérdida de biodiversidad en el planeta, las personas más vulnerables del mundo no podrán adaptarse al cambio climático ni producir alimentos de manera sostenible, ha advertido este jueves el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola.

Un nuevo informe de la agencia especializada de la ONU destaca los riesgos a los que se enfrentan los pequeños productores rurales que constituyen la mayor parte de la población mundial que sufre los efectos de la pobreza y el hambre, en un momento en que la biodiversidad está en peligro.

El análisis calcula que el 80% de las necesidades de las personas pobres del mundo están vinculadas a los recursos biológicos, incluida su capacidad para llevar a cabo actividades agropecuarias y generar ingresos.

Sin embargo, advierte que la pérdida de biodiversidad se está agravando: un millón de especies animales y vegetales están en peligro de extinción y 31 especies se declararon extinguidas solo durante el año pasado.

La falta de diversidad biológica entorpece la lucha contra el hambre

La doctora Jyotsna Puri, vicepresidenta adjunta del Departamento de Estrategia y Conocimientos del Fondo y encargada de la elaboración del estudio, advirtió que nos encontramos “en un momento crítico” y que la falta de diversidad biológica “nos impedirá luchar contra el cambio climático o el hambre”.

“Sabemos que la agricultura a gran escala amenaza la biodiversidad. Por otro lado, los pequeños productores protegen nuestros recursos naturales. Cuando se protege la biodiversidad, los ecosistemas son saludables y diversos, y los agricultores disfrutan de una mayor producción y resiliencia al cambio climático”, afirmó.

El Fondo recordó que la diversidad biológica favorece la producción de alimentos a través de la formación del suelo, la productividad de la tierra, el control de plagas y enfermedades, la reposición de las aguas subterráneas y los servicios de polinización.

Al mismo tiempo, destacó que la potenciación de la biodiversidad agrícola en pequeñas explotaciones se traduce en suelos sanos y productivos que retienen una mayor cantidad de carbono, y contribuye de forma importante al almacenamiento de ese elemento químico.

Invertir en biodiversidad es invertir en igualdad de género

El estudio se lanza antes del inicio de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre la Biodiversidad, que comienza el 11 de octubre, e indica que las inversiones en biodiversidad contribuyen a la igualdad de género, el empoderamiento de las mujeres y los jóvenes, y la mejora de la nutrición.

Además, demuestra que las inversiones en la protección y mejora de los ecosistemas pueden generar más beneficios para los pequeños productores y el medio ambiente.

Por ejemplo, la restauración de bosques degradados en Kenya ha mejorado la captación de agua de lluvia aumentando el suministro y la calidad del líquido elemento, además de la productividad de los agricultores.

Como parte de sus inversiones en biodiversidad, el pasado mes de septiembre el FIDA anunció que se comprometía a destinar el 30% de su inversión climática a financiar proyectos ecológicos de agricultura rural a pequeña escala de aquí a 2030.

«Si las inversiones en desarrollo no toman en cuenta la naturaleza, estamos desperdiciando nuestro dinero», dijo Puri.

Fuente: ONU

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