La importancia de una buena salud en los pies

Es importante cuidarnos, cuidar nuestra mente y emociones y cuidar también nuestro cuerpo, de los pies hasta la cabeza – y no es una forma de hablar. Los pies deben ser algo que no se descuide durante todo el año y que solo se luzca en verano con las sandalias o sobre la arena de la playa.

Sí. Los cuidados deben mantenerse con independencia de la estación y ya existe gran material para podólogos que se puede utilizar a nivel doméstico, si bien, lo mejor es acudir, al menos tres veces al año a una consulta de podología para poder hacer un seguimiento exhaustivo del pie.

¿Por qué es tan importante cuidarse los pies?

Aunque a veces no se le haga tanto caso o se caiga en el error de pensar solo en la función estética, cuidárselos es muy importante porque, si algo va mal, incidirá en nuestra forma de caminar que irá repercutiendo progresivamente en todo nuestro cuerpo, desde las rodillas hasta la espalda y las cervicales.

Por eso también se suele hacer el estudio de la pisada, para ser consciente de cómo se están comportando nuestros pies y si hay que tener en cuenta la posibilidad de incluir algún factor correctivo, como plantillas, que nos ayude. Esto es fundamental si se es deportista. Un mal gesto repetitivo y dilatado en el tiempo puede no ser reversible causando mayores molestias y consecuencias de cara al futuro.

Pero no todo es inevitable. Hay algunas normas o prácticas básicas que se pueden hacer sin mucho esfuerzo para intentar mejorar la salud de nuestros pies:

  1. Mantenlos hidratados. Utilizar cremas ricas en urea es muy aconsejable para evitar la sequedad. Esta sequedad, más propia del verano, no solo es incómoda sino que puede derivar en grietas y provocar infecciones. Así que échate crema por las noches cuando ya estés en la cama y acompáñala de un automasaje que agradecerás.
  2. Utiliza zapato cómodo. Si usas buen calzado tendrás parte del recorrido ya hecho. Evita zapatos excesivamente estrechos – por mucho que estén de moda – y huye de aquellos plásticos que se han colado en muchas ocasiones en nuestro armario. El plástico evita que el pie transpire y solo traerá problemas.
  3. Córtate bien las uñas. Una uña demasiado larga puede provocar heridas en los dedos de los pies o, incluso, si se rompe, puede hacerlo muy lentamente influyendo en todo el dedo. Y puede llegar a ser muy doloroso.
  4. Visita al podólogo. Como hemos dicho anteriormente, si se tiene la oportunidad, visitar al podólogo al menos tres veces al año nos puede ayudar a mantener una salud aceptable en nuestros pies.
  5. Si te aconsejan plantillas, por algo será. Muchas veces, tras un estudio de la pisada, se resuelve que lo mejor es usar plantillas. Seguramente todos conozcamos a alguien a quien se las han recomendado, se las han hecho y, después, las han utilizado dos días. Con la salud no se juega y lo primero que hay que hacer es hacer caso a las prescripciones de quienes saben.

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