El uso masivo de herramientas tecnológicas puede ayudar a evitar las crisis alimentarias

En 2020, unos 155 millones de personas de 55 países sufrieron falta de alimentos, hoy más de 41 millones se encuentran en esa situación. La agencia de la ONU para la alimentación sostiene que la tecnología moderna tiene la capacidad de sonar las alarmas antes de que las calamidades ocurran para que se tomen las medidas que las eviten.

Los adelantos en el campo tecnológico y de los datos permiten prever muchas catástrofes antes de que se desaten y causen sufrimiento a las personas, apuntó este viernes la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), exhortando a todos los países a utilizar masivamente estas herramientas para prevenir la inseguridad alimentaria.

La FAO se refirió a la mayor frecuencia, intensidad, complejidad y magnitud de las crisis del mundo de hoy y afirmó que no se puede seguir recurriendo a las mismas estrategias para enfrentarlas.

Prever las crisis y actuar para atajarlas antes de que estallen en lugar de tratar de remar contracorriente una vez que la desgracia ha ocurrido es más eficaz tanto desde el punto de vista humanitario como desde el del costo económico de una respuesta a las emergencias, argumentó la agencia especializada.

Crece la población que sufre falta de alimentos

Según datos de la FAO, la población afectada por una crisis alimentaria aumentó constantemente durante el último lustro y alcanzó a 155 millones de personas en 55 países en 2020. Actualmente, más de 41 millones de personas enfrentan emergencias por inseguridad alimentaria y corren el riesgo de padecer hambruna a menos que reciban asistencia inmediata.

Los recursos humanitarios destinados al sector alimentario se incrementaron cerca de 30% de 2016 a 2019; sin embargo, siguen siendo insuficientes para ayudar a las comunidades rurales vulnerables a fortalecer su resiliencia ante las catástrofes.

El director de Emergencias y Resiliencia de la FAO subrayó ante la Asamblea General de la ONU que es imperativo innovar e invertir de forma “más sabia y eficiente” en el rubro agrícola y alimentario.

“El avance de la tecnología y los datos nos da las herramientas para entender y pronosticar mejor las crisis y sus repercusiones”, recalcó Rein Paulsen, instando a valerse de esos medios.

Medidas preventivas

La FAO invirtió en el último año 250 millones de dólares en medidas preventivas como la intervención temprana para contener la plaga de langostas del desierto que se alimentan de cultivos y pastos en África oriental, una provisión que busca salvaguardar la seguridad alimentaria de 40 millones de personas y evitar pérdidas por valor de casi 2000 millones de dólares.

Otro ejemplo de prevención es el caso de Colombia, donde la FAO utilizó los datos de socios de la ONU y el gobierno para prever los crecientes flujos migratorios de Venezuela a la zona fronteriza. Tras prever que las comunidades colombianas no tendrían capacidad de producir alimentos suficientes para el creciente número de personas que estaba llegando, la agencia proporcionó semillas y herramientas a las familias vulnerables a fin de impulsar la producción alimentaria con antelación.

La iniciativa en Colombia alentó la colaboración entre las comunidades de acogida y los migrantes en fincas de capacitación donde adquirieron conocimientos agrícolas y cosecharon los frutos de su trabajo colectivo.

Acción urgente

El director de Emergencias insistió en que la acción preventiva es extremadamente urgente y recalcó que ésta se fundamenta en las previsiones.

Detalló que abarca desde las transferencias monetarias que permiten a las personas protegerse y proteger a sus animales, hasta la asistencia a los pescadores para que pongan a buen recaudo sus embarcaciones y artes cuando se avecina una tormenta; así como los equipos de horticultura doméstica con el fin de ayudar a las familias en zonas de guerra a producir alimentos más cerca del hogar antes de que el conflicto escale.

En las comunidades pastorales, las medidas a menudo implican el suministro de piensos y vacunas para mantener al ganado esencial sano y salvo ante una etapa de sequía, mientras que los agricultores pueden recibir equipos de riego por goteo y semillas resistentes a este fenómeno.

Todas las medidas preventivas tienen la finalidad de proteger a los agricultores, pescadores y cuidadores de ganado vulnerables, para que no se queden sin sustento y puedan seguir alimentándose y alimentar a sus familias.

Fuente: ONU

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