Tener controlada la cantidad exacta que tienes en tu cuenta corriente es imprescindible para gestionar bien la liquidez y poder responder a los gastos que se avecinan, ya sean domiciliaciones, compras o transferencias. En alguna ocasión, una simple razón de cálculo de un día puede jugarte una mala pasada.
Aunque si te quedas sin fondos por una mala estimación de efectivo puedes recurrir a los créditos rápidos, es mejor que los tengas siempre controlados. Para ello, debes saber que cada movimiento tiene 2 fechas importantes: la fecha de valor y la fecha contable también llamada fecha de operación.
La fecha contable es cuando el banco contabiliza el movimiento, aunque el dinero no esté disponible aún. La fecha de valor, por su parte, es el día en el que los fondos están disponibles o momento exacto en que se realiza el movimiento. Cuando se produce un desfase entre ambas no suele haber consecuencias si hay dinero en la cuenta.
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Cuando se da un descubierto por valoración
Tal y como explica el Banco de España, el descubierto por valoración o descubrimiento técnico se da cuando se ordenan cargos en una cuenta bancaria que supera los fondos de esta. Tiene ese nombre porque hace referencia a descubiertos temporales causados por un desfase entre la fecha contable y la de valor.
La normativa actual impide el cobro de comisiones por parte de la entidad bancaria si se produce un descubierto técnico. Un ejemplo de este sería si intentas sacar dinero de un cajero, te arrepientes y cancelas la operación. Pese a esta última acción, el cargo ya se habrá marcado hasta que se subsane el error.
Normativa
Por lo general, un descubierto por valoración es resultado de las propias operaciones del producto y de la sucursal bancaria que corresponda. La entidad, por tanto, podría cobrar intereses o comisiones ante un descubierto si así se pacta antes de manera contractual.
Un ejemplo de descubierto sería, por ejemplo, una transferencia internacional que se hace en un momento concreto (fecha contable) y el dinero no está disponible hasta después (fecha de valor).
Además de la valoración de cada banco y de sus normas internas, tienen la obligación de establecer unos valores admisibles a la operación que se haga. La normativa dice que la fecha de valor del cargo en la cuenta del cliente no puede ser posterior al día hábil en el que la cantidad se abonó en la cuenta del proveedor.
Explicado con un ejemplo, si se hace una transferencia de un banco a otro, el dinero debería llegar a la cuenta destino al final del día siguiente si es hábil (esto no incluye sábados ni domingos). Un traspaso, transferencia entre cuentas de la misma entidad, se hace en el mismo día. Para no llevarse sorpresas, conviene tener en cuenta estos plazos al hacer operaciones.
Cuenta en números rojos
A todo el mundo le puede pasar alguna vez dejar la cuenta en números rojos ya sea por un descuido o por falta de fondos tras el cobro de recibos. Los números rojos son, en definitiva, falta de saldo, es decir otra manera de llamar a los descubiertos de tu cuenta. Hay veces que se pacta con el banco, pero otras lo hacen sin tu autorización.
Cuando una entidad permite que una cuenta se quede en números rojos sin autorización se llama descubierto tácito. Si te pasa esto, como cliente debes tener en cuenta que tienes obligaciones y derechos, entre ellas el cobro de comisiones por parte del banco si así lo tienes en contrato.
Esta comisión no es compatible con las comisiones de apertura ni puede aplicarse a los descubiertos por valoración. Por lo general, se aplica sobre un descubierto mayor en todo un periodo de liquidación y no se puede deberse más que una vez. El banco está obligado a comunicártelo para que lo compruebes.
Si no deseas que tu cuenta corriente se quede alguna vez en descubierto, debes decírselo al banco por escrito. La comisión de un descubierto está limitado a 2 veces y medio el interés legal del dinero y hay momentos en los que no debe producirse: en la ejecución de un embargo y cuando se cargan comisiones a cuentas no activas.
