Ruta en coche por el Norte de España: tres destinos para visitar durante una escapada de fin de semana

Valle del Pas. Fuente: deviajepor.com

Hay viajes que se disfrutan de verdad cuando puedes cambiar de escenario sin complicarte demasiado. Cinco días bastan para hacer una ruta por el norte de España que combina ciudad, naturaleza y vida rural con identidad propia. El plan: empezar en Bilbao, seguir por Las Merindades y acabar en el valle del Pas. Cada lugar tiene algo distinto que ofrecer y, juntos, forman un recorrido perfecto para desconectar, descubrir y volver a casa con la cabeza llena de buenos momentos. Lo mejor es que puedes hacerlo todo en coche, sin grandes distancias y a tu ritmo.

Bilbao, el mejor punto de entrada para arrancar el viaje

El arranque ideal para esta escapada está en Bilbao. Cuenta con aeropuerto propio, estación de tren y buenas conexiones por carretera, así que llegar es muy fácil vengas de donde vengas. Una vez allí, te recibe una ciudad que ha sabido modernizarse sin perder su esencia. El arte contemporáneo convive con el Casco Viejo, los bares de pintxos siguen llenos de vida, y los paseos junto a la ría se han convertido en uno de sus grandes atractivos.

Además, Bilbao está rodeada de montes y espacios verdes que te sacan del ambiente urbano en cuestión de minutos. Puedes dedicar el primer día a recorrer sus calles, visitar el Guggenheim, cruzar el puente Zubizuri o simplemente sentarte en una terraza con vistas y dejarte llevar por el ambiente. Si te interesa saber más sobre lo que no te puedes perder en esta ciudad, esta guía con lo mejor de Bilbao es perfecta para planificar bien el tiempo sin perderte nada.

Rumbo a Las Merindades, donde el tiempo se detiene

Al día siguiente, toca dejar atrás el ritmo de ciudad y adentrarse en una zona más tranquila. Desde Bilbao hasta Las Merindades hay en torno una hora y cuarto en coche, suficiente para sentir el cambio de paisaje sin que se te haga pesado el trayecto. Conforme te alejas del núcleo urbano, el verde se vuelve más intenso, las montañas se hacen más presentes y empiezas a cruzarte con pueblos donde el tiempo parece haberse detenido.

Entre Bilbao y Las Merindades, el trayecto en coche ofrece mucho más que simples kilómetros: es una oportunidad para descubrir algunos pueblos con encanto que merecen una parada. A tan solo media hora de Bilbao, Balmaseda destaca por ser la villa más antigua de Bizkaia, con su puente medieval, su casco histórico bien conservado y un ambiente que invita a pasear sin prisas. 

Muy cerca, ya en Álava, Artziniega sorprende con un conjunto medieval impresionante, lleno de casas blasonadas y un museo etnográfico que muestra cómo era la vida rural vasca de antaño. Si tomas la ruta por la BI-636, pasando por valles y montes suaves, también puedes desviarte hacia pueblos como Sopuerta o Zalla, más tranquilos pero con un aire muy auténtico y paisajes verdes que acompañan el trayecto. Todo este recorrido, que apenas supera la hora y cuarto de conducción, se convierte así en un viaje dentro del viaje, donde cada parada enriquece la experiencia y adelanta lo que te espera más adelante.

Las Merindades son pura autenticidad. Una comarca burgalesa que mantiene vivas sus tradiciones, su arquitectura popular y su paisaje natural sin tocar. Aquí no hay atascos, ni colas, ni agobios. Puedes visitar Frías, que presume de ser la ciudad más pequeña de España, caminar por Puentedey —donde las casas se apoyan sobre un puente natural de roca— o descubrir Espinosa de los Monteros, rodeada de montañas. Si te interesa saber qué ver en Las Merindades, esta guía te viene como anillo al dedo para no perderte sus rincones más especiales. Lo bueno es que todo queda relativamente cerca, así que puedes organizar el día con flexibilidad.

El valle del Pas, donde la vida rural todavía tiene voz

Después de visitar Las Merindades, llega el momento de poner rumbo a Cantabria. Desde esta comarca burgalesa hasta el valle del Pas hay unos 60 minutos en coche, según el punto desde el que salgas. Es un trayecto cómodo, con carreteras que serpentean entre montes y que ya anuncian el carácter húmedo y verdísimo de la zona pasiega.

El valle del Pas es otra historia. Aquí la vida rural se mantiene tal cual, con sus casonas pasiegas repartidas por las laderas, los prados infinitos y ese silencio que cuesta encontrar en otros lugares. No esperes grandes monumentos ni estructuras turísticas modernas. Lo que encuentras es autenticidad pura: sobaos recién hechos, caminos empedrados, ganaderos trabajando con calma y un ritmo que se contagia. Si quieres saber qué lugares visitar, esta guía de el valle del Pas te puede servir como referencia básica para ubicarte y dejarte llevar por la zona sin presiones.

Puedes dedicar un día entero a explorar pueblos como Vega de Pas o San Pedro del Romeral, parar a comer en una posada con menú casero y cerrar el día con un paseo entre hayedos si te apetece estirar las piernas. Y si tienes suerte con el tiempo, los atardeceres en el valle son de los que se quedan grabados.

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